LOS GUERREROS DE SANGRE

Los Guerreros de Sangre eran la Guardia de la Casa de la Roca, o lo que es lo mismo, la Guardia de los caudillos de los belgae en Sarum.
Estos guerreros, venidos de todos los pueblos del condado, eran los mejores luchadores de los belgae y, con el tiempo, su fama creció tanto que incluso grandes guerreros de otras tribus y tierras lejanas iban a Sarum para convertirse en uno de ellos (de hecho, muchos de los Guerreros acabaron siendo foráneos).
Pero siempre se les exigía, vinieran de donde vinieran, que como Guardia de la Roca, juraran lealtad para con los belgae y su caudillo, con quien se les exigía formar un vínculo d sangre.
Entre sus funciones estaban las de acompañar su caudillo en la batalla, ser los guardianes del Castillo de la Roca y defender a los belgae y sus tierras de cualquier amenaza. Su capitán era considerado como el Campeón de los Belgae, Comandante de los Belgae en la guerra y responsable de la guarnición.
Debido a sus distintas procedencias, lo único que caracterizaba a los Guerreros de Sangre eran sus habilidades marciales superiores y los Escudos de Sangre, unos escudos de estilo celta y color rojo sangre.

Guerrero de Sangre con su esposa

Los Guerreros de Sangre acompañaron a los caudillos de los belgae en cada acontecimiento, mayor o menor, en que estos participaron: lucharon contra los romanos cuando estos conquistaron Britania y se rebelaron contra Vortigern en el 461.
Sin embargo, hicieron cierto el dicho "cuanto más alto vueles, más dura será la caída"...

La Gran Traición
Es cierto que nada pudieron hacer los Guerreros para evitar la tragedia ocurrida en la "Traición de los cuchillos largos", pero también es cierto que muchos de los Guerreros murieron esa noche y que los pocos supervivientes llevaron su vida como una losa de culpabilidad sobre su consciencia.
Robyn de Salysbury murió.
Gwaedfannon, el Capitán de los Guerreros de Sangre, murió también.
Y los ocho supervivientes tuvieron que llevar los cuerpos y armas de sus amados líderes de vuelta a Sarum y a sus viudas, con la mayor de las penas y la vergüenza de estar vivos.
Una vez llegados al Castillo de la Roca, las viudas de Gwaedfannon y Robyn, en su pesar y su rabia, forzaron a los Guerreros de Sangre a hacer un juramento de venganza. Para ello, Lady Marian, viuda de Robyn, dijo:


"No hay más motivo que me lleve a comprender
que el Guardia siga vivo mientras el jefe ha muerto
que saciar la sed de sangre que clama este día,
que proteger lo que los muertos han dejado en vida
y que sacar la espina que en esta tierra clava el extranjero"

Entonces, la viuda del Capitán, hizo un corte en las manos de de los guerreros y les obligó a sellar con sangre de cada uno de ellos, sobre el escudo de Gwaedfannon, el siguiente juramento:

"Ni en llanuras, ni en colinas ni en bosques,
ni en casa, castillo o morada
mi sangre podrá descansar
hasta que los muertos sean vengados,
liberada la tierra sea de la opresión del tirano,
y no quede invasor que nuestros prados pueda mancillar"

Finalmente, la viuda de Gwaedfannon recogió el escudo de su marido, juró velar por el cumplimiento del juramento y partió hacia destino desconocido.
No ha sido vista desde entonces.

Caballeros de Sangre
Ni hubo ni hay ni habrá paz para los que hicieron el juramento: Bien fuera por la obligación del juramento, bien fuera por el odio a los sajones, que hervía en la sangre de los Guerreros, a partir de ese momento los supervivientes participaron en todas las contiendas mayores contra los invasores:
Presenciaron el fin de los Cantiaci el 465.
Recibieron a los principes en Cornualles el 466 y lucharon a su lado en Isca Dumnoniorum.
Fueron armados caballeros por Aurelius Ambrosius, también en el 466, y se convierten en los Caballeros de Sangre.
Vencieron a Vortigern en Carlion el 467.
Batallan a Hengest junto al conde Eldol de Glevum y el duque Gorlois de Cornwall el 469.

En el año 471 el conde Roderick de Salisbury, hijo de Robyn, les concede tierras a cambio de su lealtad y como recompensa a su pasado. Así, aún cuando el corazón de los Caballeros de Sangre no puede descansar, su cuerpo lo hace en Salisbury. Y aunque el juramento les lleve siempre a la batalla, la lealtad de los Caballeros es reinstaurada en el lugar donde siempre estuvo: Con Britania, con Logres y con Salisbury.

Pero la paz no llega...

En el 473 los Guerreros son derrotados junto a Aurelius en la Batalla por Kent.
Escapan del ejército de Ælle (y de una muerte casi segura) junto al rey en el 478.
Vencen a los sajones en Frisia el 479.

Y la paz sigue sin llegar...
Pero los cuerpos, doloridos tras tantas batallas, años y heridas, ya no son lo que eran, ya no pueden luchar más.
Es hora de que los hijos retomen el juramento, nueva sangre, nuevos caballeros...

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